jueves 29 de octubre de 2009

Villa Excélsior





El palacete fue construido en 1912 por Manuel Méndez de Andés, sobrino de un asturiano con el mismo nombre que hizo fortuna en Argentina a mediados del siglo XIX.

Villa Excélsior fue diseñada por el arquitecto Manuel del Busto, que se reservaba este tipo de arquitectura de estilo Indiano para sus clientes más adinerados y elitistas. Y uno de esos clientes fue Méndez de Andés, el sobrino del primer Méndez de Andés, que hizo fortuna en Argentina y se convirtió en un personaje notable, llegando incluso a recibir el nombre de una calle en Buenos Aires por su labor social y cultural desinteresada. Andés tío no tenía herederos directos y se llevó a su sobrinito, siendo este todavía un niño, a Buenos Aires para que heredara y dirigiera sus negocios y su fortuna. Entre ellos una conocida fábrica de tabaco, cuyos puros se conocían como Excélsior, nombre que llevaría la mansión de Andés en Buenos Aires y más tarde, en Asturias.

En 1897 muere su tío, que es enterrado con honores en el cementerio de la recoleta y el sobrino se pone al frente de los negocios. A principios Méndez de Andés vuelve a Asturias para casarse con un joven de familia noble, Doña Tarsila Blanco Abella.

Manuel Méndez de Andés decide construir una mansión digna de su poderío económico, y así, en unos extensos terrenos que le ceden en Luarca los padres de Tarsila se levanta una nueva Villa Excélsior, mucho mayor que la primera en Buenos Aires.

La construcción es grandiosa, en ella se mezclan elementos de arquitectura medieval, clásicos, modernistas y secesionistas. Un laberinto de galerías, balcones, porches, terrazas, cubiertas y ventas multiformes. Una majestuosa escalera de mármol, el gran salón del billar al más puro estilo indiano, corredores de maderas preciosas traídas de lugares lejanos expresamente para la villa, cristaleras espectaculares en sus ventanas. Una verdadera joya arquitectónica coronada por una torre con cúpula cubierta de azulejos verdes. La decoración estuvo a cargo de una empresa londinense, y casi todos los muebles fueron encargados a la afamada firma Maple, así como la grifería. En fin, todo fue puesto allí hasta el más mínimo detalle, incluyendo las caballerizas y el inmenso jardín, diseñado por Pedro Múgica, que conseguiría crear uno, si no el más, de los jardines más bellos de Asturias.

Méndez de Andés viviría a partir de entonces a caballo entre Asturias y Argentina, para atender sus negocios. Tendría seis hijos, que junto a su madre vivirían en la Villa sin ningún tipo de apuros ni preocupaciones, esperando con ansia que su padre volviese de sus viajes para agasajarlos con juguetes y regalos.

Pero Méndez sobrino no tenía la misma capacidad empresarial que su tío, y sus empresas no tardaron en convertirse en poco producentes. Llegó la primera guerra mundial y sus negocios de exportaciones no tardaron en verse en la más profunda ruina y bancarrota. El nivel de vida que llevaba Méndez tampoco ayudaba demasiado, pues el despilfarro del que hacía gala también fue una causa de su ruina.

A excepción del jardinero y una criada, Doña Társila tuvo que prescindir del resto del numeroso servicio que tenía la Villa en su época dorada. Aunque en la villa se daban fiestas y aparentemente, continuaba el esplendor pasado.

Con los negocios en Argentina arruinados, Don Manuel decide regresar a España para siempre, pero nunca lo conseguiría, pues se encontró muerto en el camarote del barco que lo traía en su último viaje en 1931.

La familia continuó viviendo en la villa, gracias a los padres de Doña Társila continuaron con una vida más o menos acomodada. Hoy en día solo queda con vida una hija de Társila, llamada también Társila, con 96 años. La última persona que vivió en la Villa fue Esther, otra de las hijas de Társila madre, que siendo demasiado mayor tuvo que dejar la Villa.

Desde hace años, Villa Excélsior se encuentra en completo abandono, en estado ruinoso. Los herederos no quieren, o no pueden, hacerse cargo de éste lugar. Ventanas y puertas rotas, goteras, robos… ya tan apenas se aprecia entre la maleza del jardín el esplendor que lució durante sus décadas doradas.

Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com

viernes 23 de octubre de 2009

El Barranco de Badajoz



El último mencey de Güimar, Añaterve, cedió su territorio a las tropas castellanas en 1496, posterior a esto en la repartición de las tierras conquistadas este lugar le fue entregado a Juan de Badajoz y por eso toma el nombre -desde finales del siglo XV- de Barranco de Badajoz. Anteriormente los aborígenes guanches nombraban Chamoco a esta zona donde se encuentra el barranco.

El Barranco de Badajoz se encuentra situado en el municipio de Güimar, Isla de Tenerife, dentro del paisaje natural protegido de Siete Lomas; con una cota máxima de altura de 2259 m, partiendo desde Izaña. Es un cañón canario, el más espectacular de la isla. Está formado por paredes verticales de cientos de metros de altura, separadas por pocos metros en el fondo del lecho del barranco. Estas paredes están cubiertas de diferentes plantas, como son. Bejeques, corona de rey y gran cantidad de plantas rupículas. A medida que nos adentramos en el barranco las paredes se van acercando, hasta llegar a tocarse sellando el fondo del cañón; imposibilitando así la continuación del sendero, que sólo podría proseguirse con técnicas especiales de escalada.

Siguiendo el cauce de barranco, a derecha e izquierda, nos encontramos con muchas galerías y cuartos abandonados, que sirvieron a los mineros en el proceso de la construcción y extracción del agua de las distintas galerías.

Tanto este barranco como el Barranco del Río, fueron los abastecedores de toda el agua necesaria para los cultivos de medianía y costas del municipio de Güimar.

A la entrada del barranco nos podemos encontrar la central hidroeléctrica (la hidro) que abastecía de electricidad a la mitad del municipio, utilizando la energía producida por el importante desnivel en la conducción del agua de las galerías de la zona.



Este espacio natural alberga gran cantidad de endemismo vegetales canarios, algunas manifestaciones de pinar natural y además reductos de la Laurisilva.

El vestigio prehistórico más significativo que ahí se encuentra, demostrando así la actividad aborigen del lugar, lo es la Cueva del Cañizo; la cual está a 100 m de altura, aproximadamente, a la mitad del camino y en la pared izquierda del barranco que debe su nombre a las doce varas de madera (presumiblemente de sabina, según Irineo González, 1883), que se hallan colocadas en el techo de la misma; las que se pueden ver desde el cauce del barranco. Podemos observan desde abajo, al mirar hacia la cueva, que esta es la boca de una gran cara, que nos parece ver en esa zona.

Entre otras, la teoría más popular es que esta cueva fuera utilizada para colocar alimentos para su curación, principalmente queso. Según Felipe Miguel de Poggi Borsotto (1868) se le designa con el nombre de Cañizo o Quesera de los Guanches, “porque estos aborígenes se servían de aquellos para poner a secar sus quesos”, por lo que se deduce que en aquellos tiempos el acceso debía ser más fácil que hoy en día.

Son muchas las leyendas y las anécdotas sobre experiencias que han tenido muchos de los que han visitado y permanecido, principalmente de noche, en el Barranco de Badajoz.

LEYENDAS

SERES BLANCOS




La leyenda cuenta que en 1912 dos trabajadores de una de las galerías de agua que se encuentra en el Barranco de Badajoz, en concreto la más adentrada en el barranco, Izaña, se encontraban desarrollando su trabajo cuando la pared en la que excavaban se vino a bajo quedando al descubierto ante ellos una galería bastante amplia. Vieron entonces tres seres completamente blancos que desde luego no parecían formar parte de la plantilla de trabajadores y que hicieron ademán de acercarse a ellos. A partir de aquí la leyenda se divide en dos versiones diferentes: Por un lado se dice que los dos trabajadores corrieron despavoridos hacia el cuartel de la guardia civil más cercano, es decir el de Güimar, con el objeto de presentar denuncia de lo que les había pasado. Otros cuentan que los mineros llegaron a comunicarse con lo tres seres, los cuales, llegaron incluso a indicarles el lugar correcto en el que debían excavar para encontrar agua.

Aunque la primera versión es la más extendida, en el cuartel de la Guardia Civil de Güimar nos han asegurado que no existe ningún tipo de archivo histórico en el que pudiera localizarse esta denuncia.

LA NIÑA DE LAS PERAS



La segunda de estas historias del Barranco de Badajoz es la de: “la niña de las peras”. Nos remontamos a los primeros años de 1900. Se cuenta que los padres de una niña enviaron a su hija al barranco en busca de fruta pero ésta desapareció y no volvió a su casa. La zona fue rastreada completamente por vecinos y amigos de los padres, los cuáles desesperados buscaban a su hija sin encontrarla por ningún lado. Finalmente, desanimados, la dieron por desaparecida.

Varios años más tarde, la niña regresó a su casa, asombrosamente con el mismo aspecto que tenía al marcharse aquel día a buscar fruta, como si los años no hubieran transcurrido para ella. La niña contó a sus atónitos padres que había llegado al barranco buscando la fruta que sus padres le habían encargado y se quedó dormida al pie de un peral.

Allí fue despertada por un ser muy alto vestido de blanco. Contó la niña que este ser no le inspiró ningún miedo, y accedió a seguirle cuando se lo pidió. La niña acompañó al ser blanco hasta el interior de una cueva en la que había unas escaleras por las que descendieron hasta llegar a una especie de jardín en el que había más seres como él. Finalmente el ser la acompañó de nuevo a la entrada de la cueva y se despidió de ella, que recogió las peras y fue camino a su casa.

Ella pensaba que sólo habían pasado unas horas, sin embargo habían pasado más de 20 años.

Actualmente se escuchan muchas historias de gente que ha pasado noches en el barranco o ha entrado a la gruta que existe en el barranco y ha escuchado la voz de la niña en forma de murmullos.

SERES ALADOS



La noche del 1 de julio de 1991 un grupo de personas atraídas por sus misterios, se encaminaron hacia el Barranco de Badajoz. A determinada altura, en el ascenso por el Barranco, el grupo pudo oír una especie de aleteo, bastante cerca, sobre sus cabezas. Casi en un acto reflejo, Teyo Bermejo (destacado fotógrafo), aunque no se veía nada, comenzó a disparar su cámara. El resultado: una de las fotografías más inquietantes que se haya tomado en el Barranco de Chamoco.

¿LOS NAZIS EN EL BARRANCO?



Lo que a priori puede parecer una descabellada idea, si analizamos las diferentes épocas y circunstancias podemos sorprendernos con algunas cuestiones relacionadas con simbologías y pequeños hallazgos que tienen su eje central en el Barranco de Badajoz.

Es conocido por todos los que se interesan por el mundo de los misterios, que los nazis, concretamente el Departamento de Arqueología Germánica de la SS, realizó grandes expediciones por todo el Mundo en busca de elementos exotéricos y de simbología judío-cristiana tales como el Arca de la Alianza, el Santo Grial, la lanza de Longino, la Piedra del Destino y un largo etcétera. El mismísimo Adolf Hitler fue un hombre marcado por la magia, las doctrinas exotéricas y el mundo truculento de la adivinación. En otra ocasión hablaremos en Angulo 13 de las sombras que envolvieron y aún hoy en día envuelven la figura del Führer.

Fueron miles los objetos de esa índole que cayeron en manos nazis, pero los grandes símbolos jamás cayeron en manos alemanas. Tras la guerra, tanto el ejército de los estados unidos como el Británico incautaron toda la documentación que recoge los datos de esas expediciones pero están acogidas bajo el sello de TOP Secret.

¿Qué tiene que ver esto con el Barranco de Badajoz?

El 28 de julio de 1991, una persona encuentra en el barranco la empuñadura o embellecedor de una daga que nos muestra a un ser alado. Si atendemos a las descripciones que la SS hacía sobre la “raza pura”, podemos observar que siempre estas imágenes venían representadas por seres provistos de dos grandes alas desplegadas. Hoy en día se sabe con certeza que los nazis estuvieron en el Archipiélago Canario, y no solo eso, sino que además con el permiso de Franco, se adentraron en nuestra geografía en busca de hierbas medicinales y quien sabe si para encontrar objetos de poder. De aquí en adelante todo lo que se puede decir sería mera especulación. Pero no es tan descabellada la idea si atendemos a los diferentes factores que confluyeron en una época en la que los nazis y su aterradora SS se podía mover por el territorio español con relativa facilidad, y si no sirva como ejemplo la búsqueda del Santo Grial en la Montaña de Montserrat en Cataluña.

FENÓMENO OVNI

Particularmente las Islas Canarias se han caracterizado a lo largo de la historia reciente por ser un lugar de peregrinación de los investigadores del fenómeno ovni. Casos como los de La Punta del Hidalgo, Playa de la Tejita, El Médano, Gáldar, Corralero, El Golfo etc., son algunos de las decenas de avistamientos que se han datado en territorio insular.

Concretamente en la isla de Tenerife uno de los referentes es sin lugar a dudas el Barranco de Badajoz en Güimar donde se han recogido testimonios de gran valor investigativo.

Una extraña nube con forma de flecha aparece en plenas fiestas de la Virgen de la Candelaria (ultima Virgen negra de los templarios guardiana de las puertas del cementerio) esta flecha señala hacia el barranco de Badajoz.

Aquí hay varias fotos de diferentes puntos sobre la nube estática situada encima de La Basílica de Candelaria.





Hay 7 minas para la extracción de agua situadas en el Barranco de Badajoz.

La longitud de esas minas suman 14930 metros, las galerías están ordenadas según la proximidad del mar, la primera es Acaymo terminando con Izaña que es la que mas se adentra en el Barranco de Badajoz.

Acaymo conocida también como Cueva negra, para localizarla basta con localizar la Cara del Ángel ya que la galería se encuentra justo debajo de ella, cuenta con una longitud de 1975 metros.

El Almagre 2900 metros es la primera que se encuentra en el lado derecho del Barranco.

Chamoco con 4086 metros es la galería más escondida del Barranco y la más larga.

Aceviñó con 2275 metros, a la entrada de esta galería hay edificaciones que sirvieron de alojamiento para los mineros, así como para maquinas y herramientas.

Nuestra Señora Del Socorro con 1879 metros.

El cañizo con 1815 metros es la mina mas corta del Barranco, la galería del Cañizo tiene un peligro añadido en su recorrido existe un pozo en el que no seria difícil caer.

Izaña la mas antigua de todas comenzaron las excavaciones en 1912, no se sabe la longitud de esta galería, al terminar las excavaciones oficiales se hicieron otras que no lo fueron tanto, formando varias ramificaciones, además tanbien hay que destacar que esta galería ha sufrido varios derrumbes, por lo que es muy arriesgado entrar en ella para saber la longitud exacta.

LA ISLA DE CRISTAL

A mediados de los 90 hubo una avalancha de avistamientos en el Barranco de Badajoz. Desde el interior del barranco y mirando Inclinado hacia el mar podía reverse una isla que según muchos testigos parecía de cristal (se comprobó que no podía ser ninguna de las otras islas Canarias) de esta isla despegaba verticalmente una luz en forma de nave, cuando la luz había alcanzado cierta altura se precipitaba a gran velocidad Inclinado hacia el barranco y acababa estrellándose against una de las paredes de first desintegrándose y desapareciendo. La noticia llegó a ser publicada en varias revistas de tirada nacional e of intercultural nacional dedicadas a las ciencias ocultas e incluso el director de una de estas revistas relató los hechos en el que por aquel entonces era el programa de Pepe Navarro “Esta Noche Cruzamos el Misisipí”.

FIGURAS DISCOIDALES



Esta fotografía muy reciente, tomada por Teyo Bermejo en el verano del 2003. En la imagen pueden reverse con claridad varias figuras lumínicas y ovaladas, lejanas algunas tan, que a penas se aprecian bojidar simple puntos de luz. A primera vista podría pensarse que it algún tipo de reflejo el causante de first efecto, la ampliación de la figura elimina rotundamente esta posibilidad. It importante señalar que first tipo de figuras no solo se han fotografiado en el Barranco de Badajoz, sino que están apareciendo en otras muchas fotografías sacadas en otros lugares, al parecer indiferentemente de la hora y las circunstancias en que son tomadas.

Fuentes:

www.wikipedia.com

www.barrancodebadajoz.com

http://tejiendoelmundo.wordpress.com

martes 20 de octubre de 2009

El Niño de Somosierra





El 26 de julio de 1986 Andrés Martínez, un experimentado conductor, y su esposa Carmen Gómez, viajaban en la cabina de un enorme camión cisterna rumba a Bilbao, España. El cargamento: 20,000 litros de ácido sulfúrico.

De forma inexplicable, aquel experimentado camionero emprendió el descenso del puerto de Somosierra, la pendiente es muy prolongada y la velocidad a la que él iba era suicida. A la altura del límite entre Madrid y Segovia se produciría lo inevitable: El accidente que involucraría a otros tres autos… El camión cisterna que transportaba el ácido era un montón de fierros retorcidos por el que corrían los miles de litros de ácido abriéndose paso rumbo a las laderas del río Duratón.

El análisis preliminar del accidente era escalofriante: la cabina del camión había sido aplastada por la pesada cisterna y el ácido mortal caía sobre los cuerpos de los esposos Andrés Martínez y Carmen Gómez. Al no poder hacer nada por ellos, las autoridades se preocuparon por neutralizar los efectos nocivos del ácido. Sin embargo, al caer la tarde una noticia paralizó a las autoridades: el vehículo causante del accidente transportaba un tercer pasajero.

Los padres del fallecido conductor Andrés Martínez denunciaron la desaparición de su nieto Juan Pedro Martínez Gómez, de 10 años, y que se había despedido de sus abuelos antes de abordar junto a sus padres el fatídico camión cisterna. La noticia originó una rápida operación de búsqueda, pero no se encontraron rastros del niño.

Ante el infructuoso rastreo, la primera hipótesis que se deslizó fue que el cuerpo del pequeño Juan Pedro había sido disuelto por el ácido, pero esta teoría fue desechada por los expertos químicos, quienes afirmaron que un cuerpo humano no podía evaporarse a causa del ácido sin dejar algún rastro.

¿DÓNDE ESTÁ JUAN PEDRO?

Durante los dos siguientes días la policía rastreó minuciosamente toda la zona, pero la búsqueda no dio resultados. Una parte importante de la investigación era reconstruir el recorrido de la cisterna, para lo cual los expertos extrajeron el tacó grafo del camión, que no es otra cosa que un disco de papel que marca las paradas y la velocidad del vehículo.

Según el tacógrafo, el viaje lo emprendieron a las 7 de la tarde, teniendo como primera parada un lugar llamado la Venta del Olivo, a pocos kilómetros de Cieza, en Murcia. La segunda parada la realizaron a las 0:12 horas en la localidad de Las Pedroñeras. Siendo casi las 3:00 de la mañana llegaron a la gasolinera “Los ángeles”, en la entrada de la capital de España. Dos horas y media después efectuaron la parada definitiva en el mesón Aragón, en las faldas del puerto de Somosierra.

Es en esta parada donde un camarero vio por última vez al niño desaparecido e incluso lo describió perfectamente ya que le llamó la atención que un niño de esa edad aceptara ponerse un sweter y pantalón de color rojo ambas prendas. El testimonio confirmaba que Juan Pedro continuaba con sus padres al iniciar el ascenso a Somosierra.

Mientras se continuaba con la reconstrucción del recorrido del fatídico camión, el misterio seguía creciendo. Según el tacógrafo, en la siguiente hora y 23 después de esa parada en el mesón y antes del accidente, el camionero realizó doce paradas. Los profesionales de la carretera afirman que en un trayecto tan corto como ése no debió haber ni una parada, o en un momento dado una o dos veces como máximo… ¿Entonces qué ocurrió? ¿Por qué paró una docena de veces en poco menos de hora y media? ¿Y por qué bajar a tanta velocidad una pendiente tan peligrosa?

En todos estos años, la hipótesis de un secuestro ha cobrado fuerza, ya que se hace difícil pensar que un vehículo apenas salido de una revisión total como la cisterna sufriera algún desperfecto mecánico. Entonces, la lógica nos puede llevar a pensar que la excesiva velocidad de la cisterna se debía a un desesperado intento de dar alcance a otro vehículo.

Ahora bien, ¿por qué un rapto en una zona tan poco usual?… Una de las hipótesis es que Andrés Martínez habría sido obligado a transportar drogas y al negarse le arrebataron a su hijo. Sin embargo, investigaciones posteriores desecharon totalmente esa teoría.

Pero las dudas aumentaron conforme pasó el tiempo ya que dos años después de este fatal accidente, un niño idéntico a Juan Pedro Martínez Gómez e incluso con la misma ropa fue visto en las cercanías de Badajoz. Pero no solo eso, sino que desde entonces, la policía ha recibido varios reportes de que un niño vestido de rojo, va caminando a la orilla de la carretera casi siempre en las afueras de diferentes poblaciones rurales, pero todas ellas cercanas a Somosierra.

Al no encontrar una solución a este caso, disparatadas conclusiones salen a la luz, como por ejemplo que Juan Pedro fue trasladado a otro plano dimensional, a un punto en el espacio y el tiempo donde se encuentra encerrado. La verdad a ciencia cierta aun no se sabe, pero lo único que no se puede negar en que todo intento de búsqueda fue infructuoso. La única prueba que muestra que el pequeño Juan Pedro estuvo en la cabina de la cisterna, es un zapato que le pertenecía… Tal vez por eso sigue siendo uno de los Enigmas y Misterios que más atrae a los investigadores de lo inexplicable.

Fuente: "Crónicas del Misterio"; Editorial EDAF

La Desaparición de Oliver Thomas



El 24 de diciembre de 1909 la familia Thomas se preparaba para disfrutar un año más de una entrañable celebración. Durante todo el día los miembros de esta familia de granjeros del pequeño pueblo de Brecon, situado en Gales (Reino Unido), habían estado preparando la gran fiesta que, como cada año, reuniría a la familia y a varios amigos y vecinos. Todo parecía ideal para disfrutar de una noche de alegría en la que el espíritu de la Navidad lo impregnaba todo. Incluso el clima parecía querer unirse a la celebración, pues acababa de nevar y el campo estaba cubierto con una capa de nieve que convertía el paisaje en una postal. Al comenzar la cena todo era perfecto.

El guiso de la señora Thomas impregnaba el ambiente con un olor apetitoso, demostrando una vez más que era una excelente cocinera. Los niños jugaban y esperaban el momento de los regalos y los mayores conversaban animadamente. Nada hacía presagiar que algo acechaba a aquella gente, que el misterio se iba a materializar de forma trágica rompiendo para siempre la familia.

Gritos de socorro

La velada fue avanzando en medio de una conversación agradable. El cabeza de familia, Owen Thomas, era un excelente anfitrión, como había demostrado en anteriores ocasiones, y de su hospitalidad disfrutaban esa noche el comisario del pueblo, el veterinario y el pastor de una localidad vecina, todos acompañados de sus familias. En total eran quince personas. La fiesta avanzaba y la señora Thomas se percató de que se estaba acabando el agua. No había problema, a apenas unos metros de distancia de la casa tenían un pozo y solo había que ir con un cubo a sacar un poco de agua. Como los mayores estaban en medio de una agradable charla, decidió pedir a su hijo Oliver que saliese un momento a buscar agua al pozo. Una decisión que la pobre mujer lamentaría toda su vida. Oliver tenía once años, había ido en multitud de ocasiones a por agua al pozo y no le importaba demasiado dejar durante unos instantes el cálido ambiente que proporcionaba el hogar encendido. Afuera hacía frío, pero había acabado de nevar y se veían ya las primeras estrellas. El niño se calzó unas pesadas botas y, protegido con una bufanda que amorosamente le había colocado su madre, salió resuelto con un balde en la mano. Solo habían pasado unos instantes –después dirían los que se quedaron en la casa que apenas fueron diez segundos– cuando todos se estremecieron al oír un alarido del pequeño. Fue un grito penetrante, más que nada de sorpresa, que inmediatamente después fue seguido por llamadas de auxilio.

“¡Socorro, se me llevan!”, llegó a decir Oliver. Todos los presentes salieron corriendo hacia la puerta. Owen Thomas cogió su fusil, que colgaba de la chimenea, mientras exclamaba: “¡Un lobo!”. ¿Era posible que ese gran depredador hubiese atacado al muchacho? El veterinario, el pastor, otro granjero invitado… todos salieron portando armas, palos y una linterna. Pero en el exterior no estaba el pequeño, no había nadie. Pudieron seguir el rastro que el niño había dejado en la nieve: unas pisadas que se interrumpían bruscamente, como si hubiese desaparecido sin dejar rastro o algo lo hubiese alzado para llevárselo volando. Durante unos segundos, que parecieron eternos, cundió el desconcierto, pero aún quedaba algo que les helaría la sangre. Todos pudieron escuchar claramente de nuevo los gritos de Oliver, que, para sorpresa general, venían de encima de sus cabezas: “¡Socorro, me han cogido! ¡Socorro!”, le oyeron gritar. Todos los que lo estaban buscando quedaron anonadados. Miraban hacia el negro cielo, pero no eran capaces de ver nada. Ninguna pista, ningún indicio que les mostrase dónde se encontraba el niño y qué era lo que le estaba llevando hacia el cielo. Pidieron al chico que les indicase dónde estaba, pero el pequeño Oliver ya no dijo nada coherente, solo chillaba. Unos gritos de terror que pudieron oír durante casi un minuto los desesperados familiares y amigos, un tiempo eterno de impotencia en el que, para su desconsuelo, la voz del pequeño se fue volviendo cada vez más tenue, como si fuese subiendo y estuviese cada vez más lejos. Algo incomprensible había sucedido. Alguien había arrancado a Oliver del suelo y se lo había llevado volando. Aun después de la desaparición, y en medio del desconcierto, varios de los asistentes siguieron buscando con la lámpara alguna pista. Pudieron constatar que las huellas del muchacho sobre la nieve parecían normales, pero se interrumpían bruscamente a unos 20 m de la casa. A 2 m de las últimas huellas se encontraba el cubo, como si el niño lo hubiese soltado desde una cierta altura. El resto de la noche siguieron dando vueltas, llamándolo, intentando descubrir entre las tinieblas alguna pista que explicase el suceso.

Hipótesis descartadas

Al amanecer llegaron unos policías de Brecon, que registraron con detalle toda la casa, los alrededores y el pozo, al que bajaron. Pero no encontraron ninguna pista, nada que pudiese explicar qué le había pasado al pequeño y, sobre todo, dónde estaba. La única explicación que parecía plausible era que algo se lo había llevado volando. Pero ¿qué ave hay en el País de Gales capaz de levantar el vuelo con un niño de 11 años entre sus garras? Ninguna, ni la mayor águila podría hacerlo. Los aviones también quedan descartados, pues en 1909 la aviación todavía estaba poco desarrollada y, sobre todo, el ruido del motor sería claramente reconocible. Un silencioso planeador tampoco parece ser la solución, pues la ausencia de un sonido que le delatase no evitaría la posibilidad de maniobrar para capturar al niño y levantar el vuelo permaneciendo casi un minuto encima de la casa. Un globo habría sido difícil de maniobrar y, además, habría sido visto a la luz de las estrellas que brillaban en el firmamento.

El caso del pequeño Oliver, secuestrado por algo que bajó del cielo en la Nochebuena, quedó finalmente archivado como pendiente de solución. Es uno más de los que están a la espera de ser resueltos, algo en lo que casi un siglo después muy pocos confían. La gran cantidad de testigos, entre los que se encontraban personas de reconocida reputación, permite descartar que la extraña historia de la desaparición del niño fuese algún tipo de engaño, una mentira urdida para ocultar tal vez algún crimen. La falta de una solución al misterio de la desaparición de Oliver Thomas no evitó que en los años siguientes los niños de aquella zona viviesen la víspera de la Navidad con una mezcla de sentimientos contrapuestos. Era una fiesta de alegría, con regalos para los pequeños, pero sabían que algo inexplicable se había llevado volando al pobre Oliver. Tal vez algo había bajado del cielo, pero en lugar de traerle regalos se lo había llevado para nunca volver a ser visto. “Santa Claus es bueno y trae regalos, pero ¿existe algún ser malo que viene volando en la Nochebuena para llevarse a niños?”, preguntaban los pequeños de la zona a sus padres. “No, hijo –les respondían estos–, solo hay un anciano bondadoso que llega con regalos en un trineo tirado por renos mágicos.” Pero por las noches, sobre todo durante la víspera de la Navidad, los padres que pronunciaban estas tranquilizadoras palabras no perdían de vista a sus hijos en ningún momento. Sabían que si algo inexplicable se había dado cita una Nochebuena, podría volver a por otro niño.

Ave gigante o monstruo de otra dimensión

Durante casi cien años han sido muchos los intentos de explicar lo que le ocurrió a Oliver Thomas. Desde un primer momento se barajó la posibilidad de que lo capturase algún tipo de pájaro. En 1977 muchos se acordaron de este misterioso caso después de que se conociese el ataque de dos misteriosas aves negras a un niño de diez años llamado Marlon Lowe. El suceso tuvo lugar en Michigan (EE.UU) y no acabó trágicamente porque su madre intervino rápidamente y arrebató a su hijo de las garras de los animales cuando ya se estaban llevando por el aire al pequeño. Casos similares han ocurrido en diversos lugares del mundo y en buena parte continúan siendo un misterio, pues según los testigos no se trata de aves conocidas. En ocasiones se ha especulado que podría tratarse de algún superviviente de los teratórnidos, unos parientes del cóndor de los Andes que vivieron hasta hace unos 10.000 años en Norteamérica. Pero esas especies no se conocen en Europa. A veces las descripciones de las criaturas son aún mas extrañas, pues parecen reptiles alados como los que vivían en la época de los dinosaurios. Otra hipótesis recuerda que, según diversas tradiciones, durante momentos determinados del año, como la víspera de Navidad, de Todos los Santos o de San Juan, los límites de nuestro mundo parecen quedar mas difusos, siendo posible que salten hasta nuestra realidad entidades que normalmente no viven entre nosotros. Entidades que forman parte del mundo de monstruos como el chupacabras, el diablo de Jersey o el demonio de Dover y que han sido vistas en diversas ocasiones y lugares.

Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com

El Misterio de la Isla Flannan



Corría el año 1900 cuando tuvo lugar el misterioso suceso que a continuación os vamos a relatar. Situémonos primero…

Todo ocurre en las islas escocesas de Flannan, (siete islotes situados cerca de las islas Hébridas), el día 26 de diciembre de ese año. El Hesperus, barco de suministro que hacía su ronda habitual, retrasada unos días a causa del mal tiempo, llega ante el faro de la pequeña isla de Eilean Mor y atraca. El faro, de casi 24 metros de altura y que sólo llevaba un año en funcionamiento, siempre lo recibía con la bandera izada agradeciendo así su llegada. Pero en esta ocasión no fue así.

Entre los ocupantes del barco se encontraba también un tal Moore, uno de los que habitualmente cuidaban el faro y que se reincorporaba tras unas pequeñas vacaciones. Moore fue el primero en preocuparse al sentir que algo no iba bien. Días atrás habían sufrido una terrible tormenta y desde entonces no se veía la habitual luz del faro. Además la niebla aún era densa, creando así un ambiente muy inquietante. Temía que algo le hubiera ocurrido a sus tres compañeros.

A medida que el Hesperus se acercaba, lanzaba señales destinadas a que fueran contestadas por los fareros, pero ninguna obtuvo respuesta. Ya estaba claro, algo les había sucedido.

Ya en tierra, y siempre bajo el mando del capitán Helman, unos cuantos hombres, entre los que se encontraba Moore, se acercaron hasta la puerta misma del faro. Moore tocó pero nadie contestó. El silencio del lugar resultaba ensordecedor. Tuvieron que derribar la puerta para poder entrar en su interior ya que la puerta estaba cerrada con llave…

Allí todo estaba en orden, no había rastro o pista alguna sobre lo que le había ocurrido a los tres encargados del lugar. Tan sólo el reloj, el reloj que se había detenido justo a las 9:30 y una silla tirada hacia atrás, como si el que estuviera sentado se hubiera levantado precipitadamente.

No tardaron mucho en encontrar el diario del encargado principal, Ducat, y vieron que había escrito por última vez a las 9:00 horas del día 15 de diciembre. ¿Qué es lo que había ocurrido con los tres fareros?

Con esa angustiosa incógnita partió de nuevo el Hesperus, dejando el faro al cuidado de Moore, que siguió recorriendo e investigando tanto en el interior del faro como por el resto de la isla, incluyendo la casa y la capilla, ya en ruinas y abandonadas, que se hallaban no muy lejos del faro. Unos días después la propia Armada Real Británica se presentó dispuesta a realizar una profunda labor de investigación.

Descubrieron entonces que los equipos especiales para días de tormenta no estaban, que sólo quedaba el otro de los fareros, Mc Arthur. Además la enorme y pesada grúa que se hallaba instalada en el embarcadero había sufrido movimientos violentos, quizás consecuencia de la fuerte tormenta de días atrás. Por ello las primeras teorías apuntaban a que alguno de los hombres pudo ser arrastrado por una ola de gran magnitud que golpeó la costa, probablemente Mc Arthur, y que los demás, Ducat y Marshal, se ahogaron con él al intentar salvarlo. Pero lo que no se entendía era que cómo iba a ocurrir un final tan trágico si por todo el muelle existían salvavidas y sogas a las que agarrarse.

La cuestión es que nunca se encontró rastro alguno de ellos y, por ello, nunca se ha podido explicar su desaparición. Por cierto, cuentan que Moore, que siguió cuidando el faro en soledad, enloqueció un año después… ¿la soledad y la pena acabaron con su equilibrio mental?, ¿o terminó creyendo lo que decían los habitantes de las islas Hébridas sobre que la isla estaba encantada y que una terrible criatura marina había devorado a sus compañeros cuando huían de un espeluznante ser de otro mundo?.

El faro de la isla de Eilean Mor aún hoy sigue en funcionamiento. Eso sí, desde 1971 es totalmente automático y en la isla ya no vive nadie… ¿o si?

Fuente: http://sobreleyendas.com

sábado 17 de octubre de 2009

La Catedral de las Calaveras de Otranto



En Italia, existe un pequeño y pintoresco pueblo costero llamado Otranto. Este pequeño pueblo, de apenas 5000 habitantes no destaca demasiado del resto de las poblaciones de la zona, a no ser por su historia pasada en la que 800 cabezas cristianas rodaron en un mismo día bajo el hierro otomano y porque los huesos de esos 800 mártires decoran hoy en día las paredes de su catedral.

Corría un 28 de julio de 1480 cuando la flota otomana alcanzó las costas de la ciudad de Otranto que por aquel entonces pertenecía al Reino de Nápoles. El invasor, Mohammed II y sus huestes dominaban ya media Europa tras la conquista de Constantinopla, un par de décadas antes.

Los ciudadanos de Otranto, junto a la guarnición que defendía la ciudad se atrincheraron en el castillo, pero apenas tenían medios con los que defenderse y fue tarea fácil para los otomanos su entrada en la fortificación. La guarnición fue pasada a cuchillo y los cerca de 800 ciudadanos que quedaron tras la batalla fueron llevados hasta la colina de Minerva, hoy conocida como la colina de los mártires. Allí los otomanos, como condición para su salvación les exigieron que renunciaran a la fe cristiana. Todos ellos se negaron y fueron decapitados uno a uno.

Cuando Mohammed II y sus tropas se retiraron de Otranto, todos los restos fueron llevados a la Catedral y se decidió exponerlos en sus paredes como recordatorio privilegiado de aquel 12 de agosto en el que fueron ejecutados por defender su fe.

Otro punto curioso de esta iglesia construida a finales del siglo XI es el enigmático mosaico que cubre todo su suelo. Dicho mosaico se compuso entre el año 1163 y 1166 y representa el árbol de la vida, sostenido por dos elefantes indios en cuyas ramas se extienden bestiarios medievales, héroes de poemas caballerescos, escenas bíblicas o signos del zodiaco. Dice la leyenda que quien entienda su significado olvidado habrá descubierto el lugar donde se esconde el Santo Grial.







Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com/

viernes 9 de octubre de 2009

Ruthven Barracks











Ruthven Barracks, se encuentra situado en un lugar estratégico dentro del Cairngorms National Park en las highlands escocesas. Asentado sobre un gran montículo residuo natural de la retirada de los glaciares en el final de la última edad de hielo, Ruthven Barracks son los mas pequeños pero mejor conservados de los cuatro cuarteles construidos en 1719, después del levantamiento jacobita de 1715.

El recinto se compone de dos grandes bloques de pisos ocupando la parte norte y sur de la montaña y cada uno de dos habitaciones por piso. Las paredes de los cuarteles todavía conservan las troneras además de muchos otros rasgos como chimeneas o un horno de cocción inclusive.

En un primer momento, en 1229, sobre la colina se construyó un castillo el cual fue destruido en 1451, pero en 1459 un segundo castillo fue reconstruido en su lugar consiguiendo de esta forma ampliar la fortificación.

Este segundo castillo de Ruthven, fue escenario de diversas y sangrientas batallas como la guerra civil escocesa del siglo 17 y el levantamiento jacobita de 1869, razones por las cuales el edificio quedo gravemente dañado.

Posteriormente, se construiría un nuevo recinto que hará las funciones de cuartel militar.

Este fue diseñado para albergar a 120 soldados, 60 por edificio, además de los oficiales ( los cuales tenían alojamiento propio ) y de la caballería.

En los establos, situados en la cara oeste de la montaña, se podian guardar hasta 28 caballos del servicio de caballería.

En agosto de 1745, unos 200 jacobitas trataron de invadir el cuartel pero una fuerza de 12 soldados británicos al mando del sargento Molloy, lucharon ante estos venciendo y lamentando tan solo la pérdida de uno de sus hombres.

En febrero de 1746, el sargento Molloy es ascendido a teniente y estando aún al frente de sus hombres, una fuerza mayor de jacobitas llega hasta el cuartel cargados de una importante carga de artillería y obligando así la rendición de las tropas del cuartel.

El dia después de la batalla de Culloden, hasta 3000 jacobitas se reunieron a las afueras del fuerte con la intención de luchar, pero las tropas del cuartel en espera de comenzar la batalla recibieron un mensaje de su líder, el príncipe Charles Edward Stuart, diciendo que cada hombre debería de salvarse a sí mismo.

Los jacobitas prendieron fuego a los cuarteles, y se dispersaron para tratar de eludir un Gobierno que pretendía conseguir la supresión de los jacobitas de las tierras altas de Escocia.

Los restos de los cuarteles de hoy, se conservan mas o menos en el estado en que fue dejado por los jacobitas a su salida el 17 de abril de 1746. La mayoría de las paredes exteriores persisten pero queda muy poco de la estructura interior, tan solo los suelos o los techos que sobreviven.

Fuente: http://www.territorioabandonado.org/